La tragedia de 9 abril en 1989 es una masacre que acabó con la vida de veintiuna personas, las cuales fueron asesinados y centenares de ellas resultaron heridas e intoxicadas por un gas que usaron los militares rusos.
La mayoría de las víctimas eran jóvenes y niños. Un acto cruel por parte de la Unión Soviética (URSS) que se ha quedado grabado en la mente de todos los georgianos.
Asimismo, los rusos utilizaron a las tropas soviéticas para disolver una manifestación pacífica ante el edificio del gobierno en Tiflis en la avenida de Rustaveli.
Los manifestantes pacíficos georgianos intentaron parar los tanques rusos para salvar a los demás del posible aplastamiento, pero los soldados rusos finalmente asesinaron a los manifestantes.
Por consiguiente, los países comenzaron a dudar sobre valores del régimen. Además, el acto heroico por parte de los georgianos inspiró a otros por la lucha de su propia independencia.
Al mismo tiempo, se debe saber que fue un país que fue condenado a sobrevivir una historia llena de guerras, mientras estaba la dictadura del régimen comunista durante 7 décadas, al que siguió una perpetua ocupación rusa de más de 30 años.
Por lo tanto, es necesario conocer en detalle la trayectoria de los sucesos contemporáneos importantes que nos han llevado hasta hoy en día.
Los que afirman que la historia son solo algunos sucesos del pasado se equivocan.
Con la historia se puede aprender para no repetir los errores del pasado, aunque la humanidad, por desgracia, no los evita sino los repite.
La República Democrática Georgiana fue ocupada por el Ejército Rojo el 25 de febrero del año de 1921. Los comunistas nombraron al país ocupado como:
La República Socialista Soviética de Georgia (საქართველოს საბჭოთა სოციალისტური რესპუბლიკა).
De esta forma, Georgia fue una de las quince repúblicas integrantes de la antigua Unión Soviética (1936-1991).
De hecho, desde el 12 de marzo de 1922 hasta el 5 de diciembre de 1936 perteneció a la República Federativa Socialista Soviética Transcaucásica junto con la RSS de Armenia y la RSS de Azerbaiyán.
Seguidamente, el 5 de noviembre de 1990 fue renombrada como la República de Georgia, aunque permaneció en la Unión Soviética medio año más hasta conseguir la independencia. Se conoce como el país natal del conocido líder comunista Iosif Stalin.
De igual importancia, al principio de la república de Georgia los ciudadanos georgianos se opusieron con una feroz resistencia en contra de la invasión comunista.
No fue suficiente, puesto que fueron derrotados y se eliminaron rastros de los que fueron contra el régimen.
Los más afectados fueron los miembros de la inteligencia georgiana, ya que sufrieron fuertes represiones.
También, los miembros del estado de Georgia pudieron escaparse del país por barco y se exiliaron en Francia, donde hasta ahora viven los descendientes de los políticos georgianos.

Los años más difíciles y duros fueron los años 30, cuando Stalin tuvo mano dura sobre Georgia. Los comunistas fusilaron centenares de personas por sus gustos políticos.
De hecho, los que se salvaban del fusilamiento fueron reubicados forzosamente a Siberia por una condena de entre diez y treinta años.
La mayoría de ellos jamás volvió en casa.
Las familias de los fusilados recibían una factura del estado por un precio de 5 kopeks, que era similar al coste de la bala gastada.
Cabe destacar que las familias de los fusilados y exiliados fueron repugnadas y perseguidas en la sociedad durante años.
Con el transcurso del tiempo se cesó la resistencia y las prioridades del pueblo cambiaron significativamente durante la segunda guerra mundial.
En ese momento es cuando los georgianos se unieron al combate contra el fascismo.
De esta forma, Georgia apoyó con casi 700 000 combatientes al ejército rojo, de los cuales fueron 350 000 luchadores fallecidos.
Rusia durante años se dedicaba a la rusificación del pueblo georgiano, pero jamás llego a cumplir a su plan con totalidad. Por esto, los georgianos, cuando Nikita Khrushov decidió por fin rematar la lengua y cultura georgiana en todos los sitios públicos y oficiales, y por primera vez, se despertaron de un largo letargo.
Más tarde, el poder soviético y el nacionalismo georgiano chocaron en el año 1978, cuando Moscú pidió la revisión del estado constitucional de la lengua georgiana como lengua oficial del estado de Georgia.
Debido a la presión de manifestaciones masivas, el 14 de abril de 1978, Moscú aprobó el restablecimiento de Shevardnadze de la garantía constitucional el mismo año.
Como resultado, el 14 de abril fue establecido como día de la lengua georgiana, aunque la resistencia georgiana no se apagó con facilidad y siguieron actos de rebelión contra Moscú.
De modo que, después de disolver la manifestación pacífica en Tbilisi en 9 de abril de 1989, el acontecimiento radicalizó la política georgiana, incitando a una rebelión general del pueblo,
incluso con algunos comunistas georgianos, llegando a la conclusión de que la independencia era preferible a la continuación del mandato soviético.
Cabe remarcar que los georgianos hasta hoy en día recuerdan las palabras de los políticos rusos cuando revelaron sus verdaderas intenciones: “Georgia sin georgianos”
En 1991, simbolizando la segunda conmemoración de la tragedia y basado en los resultados del referéndum nacional y la República de Georgia, se proclamó la soberanía e independencia de la Unión Soviética.
En el mismo año, los georgianos, por primera vez eligieron democráticamente su primero presidente Zviad Gamsakhurdia, uno de los líderes más importantes de la historia contemporánea de Georgia.

Conviene remarcar que la noche del 9 de abril de siempre seguirá como símbolo de La Unión Nacional en la memoria histórica del país, puesto que fue una noche trágica, en la cual se reunió el país y con su acto del heroísmo inspiro al pueblo a luchar por los valores de la nación y la libertad.
Tres décadas después, aunque 20% de Georgia está ocupado por Rusia por las intervenciones militares de los años de 1991 y del 2008, sigue siendo un modelo de la transformación de un país post soviético.
En los últimos años, se ha vencido la corrupción, la cual caracterizaba a los países soviéticos y se incrementó la economía de Georgia gracias al turismo.
Encontramos una cultura nativa original acompañada con un conjunto de la cultura asiática y europea.
No obstante, los georgianos, a pesar de la diversidad cultural, siempre se han considerado europeos, puesto que comparten los mismos valores democráticos y mentales de los países europeos, con la intención de ser parte de la familia de Europa.